En este mes que pasó aprendí muchas cosas, entre ellas una que no me esperaba o que por lo menos nunca la había pensado; es que hay que salir a la calle preparada. Preparada por si te quedas todo el día, por si te da hambre, por si tienes que hacer una cola infernal para comprar algo y te da sed, por si terminas consiguiéndote con alguien en el camino y no puedes volver a tu casa a comer como se debe, en fin, te pueden pasar mil y un cosas que te retengan fuera de casa y tienes que estar preparada porque si hay algo complicado en estos días y sobretodo en esta ciudad (Caracas) es comer fuera siendo Vegan.
Es impresionantemente complicado conseguir algo en los expendios y restaurantes que no contenga un producto de origen animal (incluyendo las "ensaladas" by the way, cosa que me parece insólita). Yo particularmente quedé impactada. Luego de un día de paseo por las ferias navideñas, cansada, acalorada y sin energía, la única opción decente que me quedó fue comprar una botella de agua y esperar a que no me diera nada hasta llegar a mi casa... ajjajjajajjajajjaja!!!!
Por eso llegué a la conclusión de que no salía mas de mi casa si un kit de contingencia; una merienda y una botella de agua, jugo o té, ¡mínimo! Y no es por ser complicada ni pedante ni mejor ni peor que nadie, es simple y sencilla supervivencia. Es el negarme a consumir productos de origen animal. Solo eso. Bueno, y el plus de evitar el azúcar y el gluten... ¡jajjajajjajjajaja nada fácil!
Desde ese día cuando salgo me llevo una bolsita con granola hecha en casa, una bolsita con fruta y una botella de agua. Puedes llevar nueces, pasas, barritas o trufas hechas en casa, un ponquecito, y hasta un sandwich dependiendo de la ocasión (ya pondré las opciones que me llevo poco a poco...) la cuestión es llevarte algo que te hidrate y que te devuelva energía mientras llegas a tu casa a comer en serio; o llevarte algo para comer si sabes que no te va a dar chance de hacerlo en casa...
Es una buena táctica sobretodo para esta ciudad tan congestionada en la que hacer una diligencia te puede llevar fácilmente a estar cuatro horas parada en una cola o sentada en una sala de espera.
Por otro lado están las visitas a la casa de los amigos. Nada fácil. Claro, da como pena llegar a un sitio y tener que rechazar todo lo que te ofrecen, pero puedes voltear la situación y en vez de llevar una botella de licor llegar con cosas deliciosas para que sepan qué es lo que comes, los sorpendas y ¡¡lo compartas!! y así ¡¡todos contentos y con las pancitas llenas!!
Algunas opciones pueden ser cremitas para untar y vegetales frescos, aquí puse algunos ejemplos que sirven también para llevar de merienda, pero en una reunión quedan súper porque son cositas para picar y tema de conversación para todos. ¡No rechazas a nadie y no sufre ningún animalito tampoco!
Entonces recuerda antes de salir; las llaves, el celular, la cartera, ¡la merienda y la botella de agua! y si se da el caso, el almuerzo también.... y... ¡Lista para la faena!